Esperanza es un pueblito de crepúsculos arrebolados, en serio, lo es, donde mi familia se estableció poco después de que cumplí los seis años de edad, en ese pueblo llevé a cabo mi crecimiento hasta los 18, cuando me mudé a mi actual residencia, Monterrey, pero bueno, esa es otra historia; recibí mi primer consola de videojuegos con incredulidad, sobre todo, ya que al pasar los primeros seis años de mi vida con nada remotamente parecido a tecnología, nada, es en serio, en el rancho de mis padres no había luz eléctrica, mucho menos televisión y esas cosas, obvio, cuando llegué a la civilización, el choque fue grande, e inmediatamente me volví adicto a la televisión, entre otras cosas, tal vez por ello me he convertido hoy en día en una especie de junky de la los llamados gadgets y esas cosas tecnológicas. Volviendo a la consola, esta era un Atari 2600, me sentía maravillado jugando esa cosa, recuerdo aquellos controles que brillaban por su sencillez (un joystick y un botón rojo sobre una base cúbica), al igual que los juegos que podías intercambiar en ella de forma rápida y sencilla, recuerdo las horas de diversión que significó para mí jugar Asteroids, Missile Command, Moon Patrol, Centipede, entre muchos otros.

Después de pasar mí crísis de videojuegos pasaron años sin que yo tocara una consola de nuevo, no fue hasta una navidad por allá de fínales de los ochentas, fuimos a pasar navidad a Nogales, Sonora en compañía de la hermana de mi mamá, ahí nos quedamos por varios días y mi primo Darth Stone, me presumió su nueva adquisición, una consola de nueva generación llamada Sega Genesis, en la que las gráficas eran cosa de otro mundo, jugamos un partido memorable de Futbol Americano y faltando apenas minutos para finalizar, Joe Montana encaminó a sus 49ers 80 yardas para finalizar el partido con segundos en el reloj con un gol de campo que los llevó a la victoria, obviamente manejados por mi y un control medio extraño. Después de aquella ocasión el mundo de los videojuegos volvió a desaparecer de mi vida para concentrarme en mi carrera, trabajo, etcétera, hasta hace algunos años, en que el medio se tornó bastante interesante. Más aún de lo que ya era.

La salida al mercado del Playstation 2 llevó a consolidar a Sony y elevar el mercado de los videojuegos a un negocio realmente redituable y pasó de ser un juguete a un artículo que podía producir millones de dólares, y como toda buena competencia, esto hizo entrar en el mercado a muchos y tomar una correspondiente rebanada de esos millones, curiosamente un mercado en el que Nintendo era el amo y señor, la consola japonesa vino y causó un furor que nadie hubiera imaginado jamás, y poco después entró en el juego Microsoft, que teniendo la infraestructura y el respaldo de papá dólar quiso entrar y tratar de llevarse una tajada con su "Caja X".

El mercado está manejado al día de hoy por tres consolas, el Xbox 360 de Microsoft, El Playstation 3 de Sony y el Wii de Nintendo. Es un mercado que genera millones de millones de dólares a nivel mundial y los juegos, así como sus desarrolladores se han convertido en estrellas y han creado todo una industria fácilmente comparable a la del cine de Hollywood, donde se espera por productos con meses de anticipación, los creadores son considerados estrellas y son tratados como tales, un juego puede llegar a significar el nacimiento de un monstruo de la industria, así como la muerte de empresas completas. Y dentro de este mundo los grandes beneficiados somos nosotros, los consumidores, que al haber una competencia tan grande cada vez nos ofrecen mejores juegos, ya no hablemos de la calidad de los mismos, eso va implícito hoy en día, un juego sin calidad, tanto gráfica, como de guión, historia, etcétera no tienen ninguna oportunidad de llegar a provocar las especulaciones, seguimiento y ganancias que han logrado grandes clásicos modernos como Halo 3, Guitar Heroe III, MotorStorm, Super Mario Galaxy o Call of Duty 4: Modern Warfare.

Supongo que el salto de mi Atari 2600 a mi Xbox 360 o incluso a mi PSP o el DS de Nene son simplemente incomparables, el PSP, por ejemplo, por sí solo, una “simple” consola portátil, tiene más opciones y características técnicas de las que jamás hubiera soñado mi antiguo Atari 2600 o una computadora a mediados de los ochenta.

Creo que es un buen momento para jugar, para adentrarse en este mundo lleno de posibilidades infinitas, aventura, diversión, autos, peleas, las opciones de juegos podrían considerarse inmensas, y donde una industria dedicada ciento por ciento a ello es cada día más seria, madura y consciente de que el público al que va dirigido es igual de serio y maduro que ellos.

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